El último sprint de 2023: cinco razones por las que los bonos Investment Grade podrían ofrecer una ventaja adicional
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En pocas palabras
- Si bien la deuda a corto plazo puede ofrecer una rentabilidad atractiva y un bajo riesgo de duración, puede que no sea la mejor estrategia para los inversores en renta fija que buscan hacer un último esfuerzo para afrontar la recta final de este año.
- Los bonos Investment Grade pueden ofrecer oportunidades de diversificación, menor riesgo de inversión, alta rentabilidad de cupones y alta convexidad.
- Creemos que este es el momento para cambiarse a bonos Investment Grade y así obtener una ventaja con respecto a las menores rentabilidades previstas para los próximos trimestres.
Como todos los corredores saben, es posible que incluso los entrenamientos más estrictos y disciplinados no sean suficientes para lograr un resultado adecuado. En ese esprint hacia la recta final, suele ser una estrategia inteligente la que puede proporcionar una ventaja frente a los competidores.
Situación actual en la pista
Este año, muchos inversores en renta fija creían haber tomado todas las precauciones al optar por bonos soberanos a corto plazo y fondos monetarios, ya que estos parecían tener potencial para ofrecer rentabilidades atractivas con bajo riesgo de duración en un entorno marcado por la inflación persistente y las posibles subidas de tipos. Como resultado, estos productos captaron miles de millones, ya que muchos clientes se apresuraron a invertir en lo que percibían como «seguro».
Si bien los bonos Investment Grade también registraron entradas en general, no alcanzaron los mismos niveles. Entonces, ¿por qué sugerimos que los inversores cambien a bonos Investment Grade y aumenten gradualmente su duración a medida que se acerca el final de 2023?
El motivo radica en las curvas de rentabilidad. Actualmente, las curvas de rentabilidad están invertidas, lo que significa que la deuda a corto plazo ofrece mayor rentabilidad que los bonos a largo plazo con el mismo perfil de riesgo. Además, la sensibilidad de los precios a los tipos de interés es moderada.
Sin embargo, las curvas de rentabilidad invertidas no han llegado para quedarse: en la mayoría de países hay una tendencia de la inflación a la baja, el crecimiento económico se está ralentizando y hay un consenso de mercado que indica que estamos más cerca del final que del comienzo del ciclo de subidas de tipos. Por ello, creemos que es hora de mirar hacia el futuro y valorar la posibilidad de añadir duraciones largas a su cartera.
Cinco razones para cambiar su estrategia
1. Oportunidades de diversificación: muchos inversores están tentados de seguir su sesgo nacional e invierten en emisiones de un solo Gobierno, como los gilts británicos o los BTP italianos. Creemos que invertir en solo uno o pocos emisores va contra los principios básicos de la diversificación. Asimismo, dado que los gobiernos de países como Reino Unido o Italia, entre otros, conllevan riesgos de crédito, es un error pensar que los bonos soberanos están exentos de riesgo. 2022 nos sirvió de recordatorio en este sentido, y es que los bonos del Tesoro estadounidense sufrieron el peor desplome de su historia.
Por otra parte, el mercado global de bonos Investment Grade ofrece muchas otras formas de diversificar —en más de 60 países y varios sectores— y en gran medida está compuesto por grandes corporaciones y grandes compañías nacionales. Por ejemplo, el ICE BAML Euro Corporate Bond Index cuenta con alrededor de 800 emisores diferentes y el ICE BAML Global Corporate Bond Index con más de 2400 emisores, ambos mercados líquidos bien establecidos. La cantidad de bonos soberanos de mercados desarrollados disponibles no puede competir con eso. Dado que la mayoría de empresas publican sus resultados cada trimestre, es fácil identificar las tendencias más recientes del negocio y del sector. Así, los inversores pueden diversificar su cartera para incluir las mejores ideas de los mercados de bonos globales en lugar de apostar por una inversión en un solo Gobierno.
2. Menor riesgo de reinversión: las inversiones a corto plazo implican riesgos de reinversión, ya que necesitará reinvertir las ganancias de sus bonos en un plazo más corto. Si la inflación y los tipos de interés siguen disminuyendo en los próximos 12 a 24 meses, los inversores no solo desaprovecharán un repunte motivado por la duración, sino que además probablemente reinvertirán las ganancias a una yield inferior a la actual. La mayoría coincide en que parece que nos aproximamos al final del ciclo de subidas y, por tanto, que estamos cerca del techo de los tipos. El aumento gradual de la duración de sus inversiones en renta fija suele reducir el riesgo de reinversión.
3. Los ingresos han vuelto: los bonos corporativos ofrecen una fuente diversificada de rentabilidad. El income generado por los cupones elevados es lo más importante a largo plazo, gracias a la parte de los diferenciales de crédito que posiblemente podría ofrecer un superávit de rentabilidad. Los cupones de cerca del 5 % de los bonos corporativos con calificación Investment Grade emitidos recientemente en euros y con vencimiento a medio plazo ya no son una excepción. Las emisiones de bonos en dólares estadounidenses ofrecen un cupón aún más alto a los inversores, como un bono preferente no garantizado emitido recientemente por un banco líder a nivel mundial con un cupón de cerca del 6,5 %. Se pueden obtener aún más ingresos en un nivel de bonos subordinados con cupones por encima del 9 % en euros. Por lo tanto, podemos decir que el incomeha vuelto a la renta fija para beneficio de los inversores.
4. Las curvas de yield invertidas se están normalizando: a medida que las yields de los bonos caen, las curvas se corrigen, así que es poco probable que se mantengan invertidas indefinidamente, lo cual significa que la duración ya no es su enemigo. Asegurar una mayor yield ahora garantiza mayor income a largo plazo. Si nos remitimos a la historia y retrocedemos hasta 1982, veremos que desde entonces ha habido cinco ocasiones en las que se ha observado una curva invertida al final de un ciclo de endurecimiento monetario. En cada una de esas ocasiones, las curvas de yield se acentuaron notablemente en un lapso de tres años y los tipos de la Reserva Federal de EE. UU. revirtieron desde niveles máximos. Con movimientos pronunciados en las yields, las curvas invertidas podrían normalizarse rápidamente y posiblemente beneficiar a los bonos a más largo plazo. Sostenemos que los inversores deben prepararse para este escenario y cambiar gradualmente su exposición de una duración de corto plazo a una duración de medio/largo plazo.
5. La convexidad es su amiga: alrededor del 40 % del universo de Investment Grade global cotiza por debajo de un precio de venta de 90, lo cual hace que todo el mercado sea altamente convexo. La convexidad de los bonos es la medida que indica cómo oscilan los precios de los bonos con la variación de los tipos de interés: cuanto mayor es la convexidad, más sensibles son los precios de los bonos a cualquier variación de los tipos de interés. Esto significa que los bonos de mayor convexidad ofrecen el potencial de obtener mejores resultados si las yields caen. Sabemos que este efecto está incorporado en los niveles de yield actuales. Sin embargo, durante muchos años no hemos visto bonos que coticen bajo la par. Con el tiempo, estos deberán volver a su valor de paridad, a menos que entren en default, lo cual casi no sucede en el universo de Investment Grade. Ahora que vislumbramos el final del ciclo de subidas de tipos, creemos que la convexidad se puede volver su amiga y que los bonos que cotizan bajo la par podrían resultar beneficiados.
¿Por qué hacer ahora un esprint hacia los bonos Investment Grade? Si asumimos que el ciclo de subidas está llegando a su fin, la historia demuestra que ahora es el momento de optar por una mayor duración. El gráfico a continuación muestra que la yield de los bonos corporativos podría haber alcanzado su punto máximo y ofrece un punto de entrada importante para los inversores en este momento.
Durante la última década, la mayoría de los inversores no acumularon mucho income proveniente de la renta fija y durante el último año definieron sus estrategias financieras en base a conjeturas sobre los movimientos de los bancos centrales. Por ello, creemos que es hora de cambiar la marcha en la carrera hacia la recta final de 2023 y pasar a asegurarse las buenas yields a las que ahora tenemos acceso.
Actualmente, los bonos corporativos ofrecen un carry elevado, con cupones altos, así como un perfil de riesgo convexo, conformando un conjunto de oportunidades que casi no hemos visto anteriormente.