Investors’ Outlook: Más «nirvana» y menos ruido

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En pocas palabras

  • En este contexto alcista, algunos inversores se han planteado si deberían prepararse para una fase de consolidación, argumentando que, con el reciente repunte de las acciones, el mercado es más propenso a recoger beneficios. El camino que nos queda por delante podría ser algo accidentado, pero nos mantenemos firmes en nuestra visión constructiva con respecto a la renta variable.
  • Si bien el mercado laboral de EE. UU. se mantiene fuerte a nivel histórico, los últimos datos sugieren que empieza a mostrar capacidad productiva. Esto, sumado al aumento del endeudamiento familiar y de los atrasos en los pagos de los consumidores, plantea la cuestión de si estas son las primeras grietas que podrían augurar daños mayores en la economía.
  • Ante los cambios estructurales en torno a la inflación y la geopolítica, creemos que se necesitan activos reales. Y ahora parece que los inversores también están llegando poco a poco a la misma conclusión, si observamos el desarrollo récord de activos como el oro, el cobre o la renta variable.
(En inglés)

 

Más «nirvana» y menos ruido

El mes pasado, el clásico adagio bursátil «Sell in May and go away» (Vende en mayo y vete) demostró tener más de mito que de realidad. En los distintos mercados mundiales de renta variable se registraron máximos históricos que dejaron a los inversores más precavidos con cierta frustración.

La resistencia de las acciones fue el reflejo de las expectativas de recortes de tipos que estimularán el crecimiento, pero también de los datos económicos que alimentaron las esperanzas de un aterrizaje suave y de los sólidos beneficios empresariales ante el optimismo que rodea a la inteligencia artificial.

En este contexto alcista, algunos inversores se han planteado si deberían prepararse para una fase de consolidación, argumentando que con el reciente repunte de las acciones el mercado queda más expuesto a la recogida de beneficios. Sabemos que el camino que nos queda podría ser algo accidentado, pero nos mantenemos firmes en nuestra visión constructiva con respecto a la renta variable. Las primeras señales que extraemos de los beneficios trimestrales apuntan a que las empresas están en muy buena forma. En todo caso, el problema estaría en los niveles de deuda pública.

Como ya analizamos en la pasada edición, ante los cambios estructurales en la inflación y la geopolítica, creemos que se necesitan activos reales. Y ahora parece que los inversores también están llegando poco a poco a la misma conclusión, si observamos el desarrollo récord de activos como el oro, el cobre o la renta variable. En el ámbito de las materias primas, los precios del cobre se siguen viendo favorecidos por las restricciones de la oferta ante la fuerte demanda procedente del gasto en infraestructuras, las iniciativas de energía verde y la necesidad de generación de electricidad fomentada en parte por la inteligencia artificial (IA). Una evolución similar de la oferta y la demanda se está observando también con el cacao, donde los retos climáticos desempeñan un papel fundamental.

En la última reunión del Comité de inversión decidimos no hacer ninguna modificación en nuestra asignación de activos, en la que previamente habíamos mantenido nuestra sobreponderación en renta variable, rebajado la renta fija y aumentado las materias primas.

El Banco Central Europeo (BCE) ha empezado a bajar los tipos de interés en su reunión de junio, adelantándose por primera vez a su homólogo estadounidense. Mientras tanto, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) permanece en una posición de espera, sopesando atentamente el momento de introducir sus propios ajustes en la política monetaria. Puede que los recortes de la Fed lleguen más tarde de lo esperado, pero están cada vez más cerca, por lo que los mercados siguen teniendo apoyo.

Los años noventa fueron conocidos por muchas cosas: el auge definitivo de internet y la expansión de numerosas empresas que hoy en día son marcas con amplísima repercusión (como Starbucks o Amazon, entre muchas otras), y la aparición del hiphop y del grunge, incluyendo el lanzamiento del emblemático álbum de Nirvana: Nevermind. Pero también fue una década en la que la economía estadounidense resistió varias subidas de tipos sin entrar en recesión.

En este número de nuestro Investors’ Outlook encontrará un análisis minucioso del entorno económico actual comparado con el de la década de 1990 (vemos paralelismos, así como importantes diferencias). También nos ocupamos de los precios del cacao y le ofrecemos un estudio detallado de las acciones y valoraciones del universo de la IA.

Parece que el mapa tradicional que describía la sabiduría del mercado se está trazando de nuevo, por lo que la capacidad de adaptación resulta ahora fundamental. Al igual que la música y la tecnología que abrieron nuevos caminos entonces, los que se atrevan a ir más allá de las fronteras convencionales podrían descubrir tesoros ocultos.

 

(En inglés)

 

 

 

 

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