Tres razones para posicionarse en renta variable de mercados emergentes
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En pocas palabras
- La renta variable de mercados emergentes (EM) ha ido a la zaga de su homóloga de países desarrollados (DM) durante la última década.
- Un menor crecimiento de las ganancias ha sido el factor principal de esta rentabilidad inferior, lo que ha supuesto que las acciones de EM coticen hoy con un descuento notable respecto a los mercados desarrollados.
- El potencial de un mayor crecimiento de las ganancias, sobre todo en Asia, junto con un ensanchamiento del diferencial del PIB real de los emergentes frente a los desarrollados, podrían ser los catalizadores para una revalorización de los EM con carácter global.
- La actual colocación inferior a la media en acciones de EM podría asistir a una afluencia significativa de fondos a esta clase de activos si la tendencia se invierte.
“¿Qué quieres primero, las buenas noticias o las malas?” es una frase que se usa mucho y, siguiendo mis propias preferencias, empezaré con las malas noticias para quienes han venido invirtiendo en mercados emergentes (EM) globales. La renta variable de EM ha tenido una rentabilidad considerablemente inferior a su homóloga de mercados desarrollados esta última década. De hecho, a lo largo del periodo de diez años que llega hasta septiembre de 2022, la rentabilidad del índice MSCI EM, cifrada en el +2,4 por ciento anual, palidece en comparación con los índices MSCI World y S&P 500, que han reportado un +10,1 y un +13,2 por ciento anual, respectivamente.
Ahora que hemos arrancado el esparadrapo (¡ay!), la pregunta más importante que hay que hacerse desde el punto de vista de la inversión es: ¿tiene sentido hoy posicionarse en acciones de EM y qué podemos esperar en cuanto a rentabilidades futuras?
En este breve artículo, exponemos algunas de las principales razones por las que pensamos que una posición en renta variable de EM sigue teniendo sentido y por qué creemos que es más importante que nunca que los inversores adopten un enfoque activo.
Primera razón: valoraciones atractivas
Para muchos de nosotros, este es el entorno bursátil más complejo a que nos hemos enfrentado en nuestras vidas profesionales: niveles de inflación creciendo en espiral, guerra en Europa y una crisis del coste de la vida azuzada por el coste disparado de la energía. No es que estos acontecimientos no tengan precedente pero nunca nos habían impactado durante un periodo prolongado, no digamos ya todos al mismo tiempo. En medio del caos de los mercados, resulta difícil pararse un momento a sopesar los fundamentos. No obstante, dediquemos un momento a hacer exactamente eso y, dado que el punto de entrada de un inversor determina en última instancia lo rentable que resultará una operación, no hay nada mejor que comenzar por la valoración.
Cuesta creer que la renta variable de EM cotizara alguna vez con una prima considerable respecto a los mercados desarrollados pero exactamente eso es lo que sucedió al final del superciclo de las materias primas de 2000-2011. Desde entonces, esa prima se ha evaporado y la clase de activos cotiza hoy con un descuento del 44 por ciento respecto de las acciones de DM, de acuerdo con la PER de Shiller: la ratio precio/beneficio ajustada cíclicamente que actualiza diez años de beneficios a la inflación. Si bien la PER de Shiller carece de poder predictivo sobre la rentabilidad a corto plazo, esta ratio puede ser un potente indicador de las rentabilidades a largo y, en consecuencia, no se debe ignorar.
Segunda razón: aumento de los beneficios y crecimiento del PIB en Asia
La renta variable de EM representa un valor atractivo, en términos relativos, por una muy buena razón. En general, el crecimiento de los beneficios de la empresas de EM ha sido mucho más débil en comparación con el de las compañías de mercados desarrollados. Por ejemplo, el avance de las ganancias del índice MSCI Asia ex Japan (Asia excepto Japón) cayó desde el 13 por ciento durante 2000-2010 hasta el siete por ciento en el periodo 2011-2021. La pregunta es obvia: ¿qué sucederá con los beneficios de aquí en adelante y qué impacto podría tener en las rentabilidades?
Un modelo de beneficios concebido por Goldman Sachs, que analiza los datos fundamentales por sectores y los datos macro por países, estima que el crecimiento de las ganancias en Asia podría aumentar hasta el diez por ciento anual a lo largo de los próximos cinco años. Esto representaría un incremento considerable de los beneficios con respecto al periodo 2011-2021, lo que podría espolear un periodo de expansión de las valoraciones de las acciones asiáticas, que a su vez impulsaría a los mercados emergentes globales.
En apoyo de esta subida potencial de los beneficios de las empresas vendría el diferencial a futuro entre el PIB real de los mercados emergentes y el de los desarrollados. Si bien se prevé que dicho diferencial caiga por debajo del uno por ciento en 2022, se espera que vuelva a ensancharse considerablemente en 2023. Según proyecciones de JP Morgan, el PIB real en mercados emergentes podría crecer hasta el 3,2 por ciento en 2023, frente a un mero 0,9 por ciento en los mercados desarrollados. Esta ampliación del diferencial de crecimientos procede de China y de la Asia emergente, que se espera que crezcan un 4,6 y un 4,1 por ciento en 2023, respectivamente.
Tercera razón: salir de “desfavorable” supondría una afluencia significativa
Por último, la renta variable de mercados emergentes está en este momento infrarrepresentada en la cartera del inversor medio. Según JP Morgan, los inversores globales asignan actualmente un 6,4 por ciento a acciones de EM, un porcentaje significativamente inferior a la media de 20 años, que se sitúa en el 8,9 por ciento. Un cambio de sentimiento y un giro en esta tendencia a largo plazo representaría una afluencia de casi 750.000 millones de dólares. Los inversores que se pasen a una posición neutral o sobreponderada en renta variable de EM anticipándose a la masa obviamente cosecharán más frutos si ese cambio de sentimiento se produce.
Conclusion
Quienes invierten en EM han soportado una década difícil. Sin embargo, como inversores necesitamos mirar más allá y hay razones para creer que esta clase de activos está llamada a escribir un nuevo capítulo, más brillante. Las valoraciones relativas parecen atractivas y hay potencial para un rebote de los beneficios de las empresas, al tiempo que el crecimiento del PIB en Asia será mucho más rápido que en el mundo desarrollado. A la vista de estos factores y del hecho de que las acciones de EM están en este momento infrarrepresentadas en la catera del inversor medio, creemos que la renta variable de mercados emergentes está en la senda de la recuperación y que cualquier sufrimiento a corto plazo quedará más que compensado por la oportunidad de ganancias a largo.
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